SAN ASENSIO


   
 
  Castillo de Davalillo
 

CASTILLO DE DAVALILLO

 



  

       El castillo de Davalillo  guarnecido por un amplio meandro del río Ebro por sus flancos norte y este, dista aproximadamente 5 kms. de  San Asensio. Bajo su puerta principal y al mediodia  se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Davalillo, que debió ser la iglesia parroquial del primitivo poblado del mismo nombre del que no quedan más que algunas piedras. Su emplazamiento constituye una magnífica atalaya que vigila las tierras de la Sonsierra y de La Rioja Alta. Con la vecina fortaleza de Briones, tenían la misión de proteger La Rioja de los ataques navarros, que se podían efectuar con relativa facilidad a través del puente fortificado de San Vicente de la Sonsierra.

 

Atardece en Davalillo. A la izquierda, y desde la muralla  noroeste del castillo la vista de  la fortaleza de San Vicente de la Sonsierra, amenazante en otro  tiempo,  y el pueblo de  Briones con su torre a la derecha.


    El castillo tiene planta poligonal de siete lados, alargada en el sentido E-W, La Torre del Homenaje está adosada a la cerca en el extremo oriental y la puerta de ingreso principal se encuentra en la cortina meridional, protegida por dos cubos.
     Toda la fortaleza está construida en buena piedra de sillería con relleno de morrillo. La cerca, aunque ha perdido sus almenas, se encuentra en buen estado de conservación. Tiene torrecillas redondas de flanqueo en los ángulos y en los centros de los lienzos, que son macizas, excepto los dos cubos que defienden la entrada y la torre del ángulo N-W. 

La Torre del Homenaje a la izquierda; en el centro el patio interior y a la derecha la puerta principal con los dos cubos laterales.    

 La Torre del Homenaje es de planta cuadrada y tenía cuatro pisos, cubiertos con bóveda de cañón apuntado. La planta baja sirve de capilla y consta de un tramo rectangular con bóveda de cañón, coincidente con la torre, y una cabecera con tramo recto, cubierto también con cañón apuntado, y ábside en hemiciclo que al exterior configura el cubo mayor del castillo. La puerta de ingreso a la capilla, en arco apuntado, se encuentra en el lado meridional. Se ilumina mediante tres aspilleras, colocadas dos en el muro occidental y otra en el centro del ábside. El acceso a los pisos altos de la torre se verificaba por la segunda planta, donde hay una pequeña puerta en arco de medio punto en la cara N. En la tercera planta del muro occidental hay una ventana en arco mixtilíneo, y en el muro S., un amplio vano con ménsulas en la parte inferior.

La puerta principal de la fortaleza está flanqueada por dos cubos huecos con elementos de defensa y precedida por un zaguán de 2 m. de profundidad, cubierto con bóveda de cañón apuntado. La puerta primitiva era en arco apuntado, bajo el cual se colocó posteriormente un dintel.

En el centro planta baja de la Torre del Homenaje y aspillera al fondo; a la izquierda recintos laterales para la  guardia de  la puerta y en la base de los cubos; a la derecha la puerta desde el exterior.

   
      En el patio interior de la fortaleza y en los muros de la cerca hay varias hiladas de mechinales, ménsulas y rozas que hacen suponer la existencia de construcciones complementarias para habitación de la guarnición, almacenes, cuadras, etc.
En el exterior y hacia el E., hay restos de un muro que bien pudiera ser la cerca del poblado que se extendía ladera abajo.

La fotografía de la izquierda nos muestra el muro de su  zona norte paralelo al cauce del río Ebro. La  del centro, una de las aspilleras  de la zona sur-oeste y el panorama que cubrían sus defensores. Y a la derecha, un retazo de uno de los muros meridionales de defensa. 

Los estragos del tiempo y el olvido

     En el lugar en que hoy se asienta el castillo existió una pequeña población de nombre Davalillo, término al que se hace referencia en escrituras de donación de fines del siglo XI. Así, en las donaciones hechas al monasterio de San Millán por el señor Fortún Albaroz y su mujer Toda (1078) y por Aznar Aznárez (1096), del monasterio de San Asensio situado cerca de dicho lugar (posiblemente el actual San Asensio), el primero, y de unas fincas en Montalvo (Torremontalbo), el segundo. En el siglo XII, María López donó a Santa María la Real, de Nájera, el monasterio de San Miguel de 'Tavaliellos". Dos monasterios, por tanto, existieron dentro del término de la pequeña población del Davalillo antiguo.
Sin embargo, fue Alfonso X quien transformó Davalillo en un poblado de cierta importancia, al donarle, en fecha imprecisa (hacia 1253), el lugar de San Asensio para que lo poblasen sus vecinos, una vez que se lo hubo tomado al monasterio de San Millán a cambio de la exención de impuestos en la extracción de sal en Salinas de Añana. Debió concederle también el fuero de Haro.
     En un catálogo de parroquias pertenecientes a la la Calzada, Arciprestazgo de Nájera, realizado en 1237, figura Davalillo y no San Asensio. En el siglo XIV, el crecimiento de la villa se demuestra por el hecho de tener representante en las Cortes de Burgos de 1315 (Martín Pérez), y de formar parte de la Hermandad creada por varios concejos en 1296 (Logroño, Nájera, Santo Domingo, Briones, Santa Cruz de Campezo, La Puebla de Arganzón, Treviño y Peñacerrada), para defenderse de caballeros y bandoleros. Es en este siglo cuando se cita por primera vez el castillo entre los que entregó en rehenes Enrique de Trastamara a Carlos el Malo de Navarra, en una reunión secreta, celebrada en Santa Cruz de Campezo, en 1367.
     Es muy probable que el castillo se construyese durante el reinado de Alfonso VIII para fortalecer la línea defensiva frente a Navarra, en un momento de máxima tensión fronteriza (segunda mitad del siglo XII y comienzos del siglo XIII), al reivindicar los reyes de Navarra La Bureba, La Rioja y parte de las tierras de Soria a Castilla, que habían pertenecido a su corona, pero integradas a Castilla con Alfonso VII. En cualquier caso, el castillo se construyó con posterioridad a 1177, puesto que no figura en esta fecha entre los enumerados por Sancho VII en la petición hecha al Parlamento inglés, en la que se relacionan todos los castillos fronterizos de la zona.
     Después de la guerra entre Pedro I y Enrique II, al fragmentarse La Rioja en señoríos, se iniciaría la progresiva decadencia de Davalillo. En 1389, Juan I donó la villa a Sancho López de Puelles, mientras el castillo estaba en manos de los Manrique.
     En el testamento del Adelantado Pedro Manrique, de 1440, dejaba a su hijo Diego las tenencias de los castillos de Davalillo y Bilibio, que éste, primer conde de Treviño, dejó a su vez a su segundo hijo, llamado también Diego, en 1458. La alcaidía del castillo de Davalillo quedó vinculada a los Manrique, duques de Nájera, aunque siendo de propiedad real, hasta, al menos, 1656 en que murió Francisco María Monserrat, octavo duque de Nájera. Ello traería problemas en la segunda mitad del siglo XV, pues Davalillo-San Asensio fue adquirido a los Puelles, en 1465 por Dª María Enríquez, de la familia de los Velasco, enfrentados a los Manrique por cuestiones vascas y riojanas. En el caso de San Asensio ello motivaría el refuerzo de la cerca de la villa. Además, en el propio San Asensio tenían los Leiva una casa fuerte que figura en el mayorazgo establecido por D. Sancho en 1442.
     La consecuencia fundamental de la pugna entre los tenentes del castillo y los señores de la villa fue la progresiva despoblación de Davalillo y el aumento de la de San Asensio, diferencia ya existente a mediados del siglo XV, como se demuestra en el reparto del tributo de Monedas y pedidos hechos por Enrique IV en 1462, en el que Davalillo contribuía con 333 maravedíes y San Asensio con 72.(Gran parte del texto lo hemos tomado de http://www.vallenajerilla.com/romanico/davalillo/davalillo.htm)

 
 

A la izquierda vista general de la ermita de Davalillo y la esplanada donde todos los años San Asensio  asiste en romería con su Virgen. En el centro la entrada a la ermita. Y a la derecha vista panorámica desde el castillo : en primer término la barandilla de madera que  ayuda a subir la empinada cuesta, y al fondo la ermita con una zona habilitada de merendero.



Protección

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.


ERMITA DE SANTA MARÍA DE DAVALILLO

La Ermita de Davalillo es una construcción del siglo XVI con añadiduras barrocas, que fue remodelada en 1973. Fue la Iglesia Parroquial del primitivo poblado de Davalillo.


Está realizada en sillería y mampostería, de una sola nave de cuatro tramos con bóvedas de arista sobre arcos de medio punto y ménsulas.




Cuenta con capillas adosadas al muro y en los pies está el coro alto. El Retablo Mayor es rococó de mitad del XVIII con imaginería moderna.

A su lado hay una necrópolis en buen estado de conservación.



Concertar visita en el Tel.: 669 102 587
Información Turística La Rioja: 941 29 12 60

 


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LAS HISTORIAS DE DAVALILLO, SU ERMITA Y CASTILLO

CESAR DEL CAMPO
Digo historias porque discrepo de la de D. F.l. López de S.V. publicada en el diario La Rioja, un folleto de la Consejería de Cultura (1991) y algún otro.
Hay una época a la que se llamó “Los Siglos Oscuros” que puede abarcar desde la invasión árabe hasta varios siglos después, pero el que no haya muchas fuentes escritas, que las que haya sean exageradas y hasta deformadas no quiere decir que esos siglos no pasaran. Las leyendas escritas u orales suplieron la falta de una historia escrita con rigor. Claro que eran exageradas, qué historia no es exagerada en tiempo de guerra. Lo que hoy conocemos como España, aunque haya gente que intente deformar la realidad, estuvo ocho siglos en guerra permanente con el moro invasor. Fueron siglos en los cuales las armas siempre tenían que estar a punto junto a los aperos de labranza, para defenderse, para arrebatar al musulmán un trozo de terreno que ensanchara los exiguos dominios de los reinos cristianos que, por otra parte, también luchaban entre sí.

La Rioja fue durante muchos años un lugar rico, apetecido, pero inseguro, tanto para los moros como para los cristianos. La Rioja Alta estuvo liberada definitivamente de los seguidores de Mahoma desde principios del siglo X; sin embargo, La Rioja Baja tuvo que aguardar casi siglo y medio. Las correrías y peleas serían constantes, a las personas que iban a vivir en un medio tan peligroso había que compensarlas. Primeramente la seguridad: la población tiene que estar amurallada y algo más inexpugnable, un castillo y a sus habitantes, privilegios, fueros, etc. algo que les compensara el vivir en medio tan hostil.
L. de S. dice en La Rioja: “A mediados del siglo XV Davalillo y San Asensio eran propiedad de los Puelles, vinculados a los Fernández de Velasco y enfrentados al señor del castillo de Davalillo”.
Alfonso X “el Sabio” da a los habitantes de Davalillo el actual San Asensio el año 1255; esto quiere decir que ya nadie, una vez enajenado nuestro pueblo de la Corona, lo puede volver a donar, ni siquiera un rey.
Historia de la Casa de Lara, Sandoval, (textualmente): “Diego de Morillas y Rodrigo de Arnedo, criados de D. Diego López de Puelles: los cuales en 13 de Agosto de 1445, estando este caballero con Doña Beatriz Ponce, su mujer, en la cama, les quitaron infelizmente las vidas, y ocuparon la fortaleza de aquella villa y la de Davalillo que era del mismo Diego López de Puelles”.
Creo que lo que está claro es que de los Puelles era el castillo, no el pueblo. (Quizás, simplemente, eran alcaides del castillo?).
También leo en un folleto sobre San Asensio:
“que en el año 1465, Pedro de Puelles vende la villa de Davalillo y el lugar de San Asensio a Doña María Enríquez, mujer del Conde de Nieva”.
Vamos a ver la genealogía de los Condes de Nieva: Doña María Enríqz se casa con Diego López de Zúñiga y Velasco, V Conde de Nievas, Virrey del Perú, muerto el año 1 564. ¿Qué años tenía Doña María Enríquez en 1465?, ¿qué años tenía su marido?
La Ermita de Davalillo, Folleto de la Consejería de Cultura, 1991: “La construcción es barroca de 1700 y fue remodelada en
1973”.
L. de S. en el diario La Rioja, 9 de Marzo de 1997: “La nave es de planta rectangular, fue construida por el cantero Juan de Aguirre en los años 1577 y
1578”. ¿A quién hacemos caso?
Vamos a ver si
hay algo del tal Juan de Aguirre: En el año 1 577, los curas Sancho de Zevallos y Joanes de Bañuelos, el día 22 de Septiembre se conciertan con Juan de Aguirre: “tiene que hacer un paño de pared desde la puerta de la Iglesia de Nuestra Señora de Davalillo hasta la esquina, de buena mampostería y lodo, y que lleve sus pasaderas, por todo ello le han de pagar 22 ducados de oro, once al principiar la obra y los otros once al acabarla”.
El año 1 580, D. Francisco de Lara, presbítero y beneficiado en las Parroquiales Unidas de Davalillo y Santa Asensio, se concierta con Juan de Aguirre, cantero y vecino de la villa: “ha de hacer la pared que está frontera con la puerta de la Iglesia de Nuestra Señora de Davalillo, que es la que afronta con el castillo, que en dicha pared ha de hacer una capilla de piedra, de siete pies en cuadro, donde se ha de poner el altar del Señor San Pedro”. En fin, por todo ello se le había de pagar 57 ducados.
Creo que se demuestra que Juan de Aguirre hace trabajos en la ermita, pero no la construye de planta, ni mucho menos (es más antigua).
En cuanto al famoso señorío de los Puelles sobre San Asensio es más falso que Judas. Alfonso X introduce el Derecho Germánico. Enseguida comienzan el poder y la influencia de la burguesía. Se le dan amplios poderes a las ciudades y villas para contrarrestar la creciente influencia y ambición de la nobleza.
En el año 1315, Davalillo manda a las Cortes de Burgos a Martín Pérez como su procurador (hay que recordar que el nombre de la villa era Davalillo y Santa Asensio). A las Cortes no podían acudir más que las villas y ciudades de realengo, si nuestro pueblo hubiera sido de cualquier señor feudal, no hubiera sido admitido en las Cortes.
 
 
 
   
 

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