SAN ASENSIO


   
 
  Danzadores
 
 
 
 
 
DANZADORES DE SAN ASENSIO




INTRODUCCION

En esta villa riojalteña el ciclo de danzas se realiza el primer o segundo domingo de septiembre en honor de la Virgen de Davalillo.

Vamos a analizar algunos de los tipos de danzas tradicionales del pueblo de San Asensio, dedicaremos unas líneas a unos modelos de danzas muy concretos y definidos morfológicamente que tan solo presentan, en la actualidad, un reducido número de ejemplos o variantes. Se trata de un conjunto de danzas, cuyas estructuras simbólicas son alimentadas por un rito sacrificial, alimenticio, relacionada con el cultivo, etc.... Dado que el repertorio es muy amplio, (La Almendrita, el  castillo,  los troqueaos, los cuatro, el pasacalles, el del hombro, el del culo, la contradanza…..) solamente daremos datos y explicaciones de algunas de estas danzas.

 

 


 

 

La almendrita

 

El CACHIBERRIO va ofreciendo a cada uno de LOS DANZADORES una almendra, sin llegar a dársela a ninguno pues a base de bromas no permite que ninguno se la pueda comer. El último danzador lo empuja y lo tira al suelo consiguiendo de este modo su «muerte». Mientras tanto la gaita interpreta repetidas veces una melodía arrítmica con profusión de calderones. Luego calla y es el persistente redoble de tambor el que mantiene el sustento musical.

El cachiberrio es rodeado por sus compañeros, Luego lo alzan entre todos y sujetándolo horizontalmente en el aire lo pasean por la plaza. Seguidamente la gaita interpreta una melodía en 2/4 de ritmo alegre y el cachiberrio «regresa a la vida». Todos juntos concluyen la danza bailando animadamente.

Salta a la vista que la morfología de estas danzas que acabamos de describir encierra un ritual basado en uno de los mitos más extendidos y reconocibles, el de la muerte sacrificial y la consecuente resurrección o regeneración que comporta unos beneficios. Este tema mítico, expresado bajo infinidad de formas diferentes, está intimamente relacionado con el conjunto de símbolos que giran entorno al mundo de la vegetación, de la agricultura, e intenta explicar el más profundo misterio que ese mundo encierra y del cual se retroalimenta.

A la luz de los materiales riojanos vemos que en ellos aflora claramente el argumento de la «muerte» del cachiberrio o personaje central del grupo. Esta «muerte» es provocada por sus propios compañeros, por la propia comunidad. El ejemplo de San Asensio proyecta intensamente toda la entramada de la danza sobre la fertilidad vegetal cuando el cachiberrio de esta población ofrece a cada danzador la pequeña almendra, en definitiva una semilla, es decir, la pequeña entidad que por sí sola es capaz de crear una nueva vida. Una semilla es, desde el punto de vista del folklore y de la fenomenología de las religiones, generadora de vida, la representación más clara de la vitalidad vegetal.

 

 

Luego el cachiburrio «resucita» y sus compañeros lo descienden al suelo. Todos juntos participan del movimiento rápido característico de la conclusión de estas danzas. Al comienzo las melodías suelen ser arrítmicas, monótonas y en algún caso, claramente fúnebres, en modo menor. Luego, con el retorno a la vida las melodías empleadas se convierten siempre en un 2/4 de aire alegre y las coreografías son más vivas incluyendo saltos y movimientos de expansión.

Como ya antes hemos apuntado en un plano simbólico intermedio el tema mítico de la muerte y la regeneración del mundo vegetal establece las estructuras formales de estos ritos, los cuales son conocidos en la práctica totalidad de los sistemas religiosos bajo infinidad de morfologías diferentes. Pero ahondando en el mundo de los símbolos podemos asomarnos a un plano simbólico más profundo, a aquel que encierra el mito cosmogónico, es decir, del cosmos que en este caso está representado por la vida, que se erige sobre el caos simbolizado por la muerte. Se trata del núcleo generador de todo el aparato conceptual religioso de la humanidad.

 

El castillo

 

Podemos ver este modelo de danza en las fiestas que se celebran en honor de la Virgen de Davalillo, en dos períodos: 28 de abril y el segundo domingo de septiembre. En ambos casos hay procesión y danza. En abril, la imagen de la Virgen es traída al pueblo desde su ermita a varios kilómetros de distancia, mientras que en septiembre es devuelta a su sitio. Durante la procesión, los danzadores realizan varios números coreográficos con los que van progresando al ritmo de las castañuelas. El avance de la comitiva, que de vez en cuando se detiene para permitir a los danzadores la conformación de "El castillo", para lo cual un danzador se coloca cabeza abajo apoyado con las manos sobre el suelo y los pies juntos y estirados hacia arriba con un puntal. Sobre él se iza otro danzador colocándose de pies sobre la exigua plataforma formada por los pies de su compañero que está debajo. Los demás, incluido el cachiberrio, se colocan en los laterales a modo de sujeción del eje central. El danzador de arriba mira fijamente a la imagen de la Virgen de Davalillo que es portada en andas, de tal modo que ambas caras quedan enfrentadas a la misma altura, y con los brazos estirados lanza los vivas a la vez que repiquetea las castañuelas, en honor de la Virgen, Ayuntamiento, sacerdote, danzadores y público asistente a la procesión.

Mientras esto ocurre, la gaita calla y tan sólo se hace sentir el constante redoble del tambor, único acompañamiento rítmico para la formación de esta torre humana. La danza en cuestión se repite cuatro o cinco veces durante la procesión. Posteriormente, una vez finalizado el acto al regresar a la iglesia, en la plaza del pueblo se efectúan las diversas danzas de palos, arcos y árbol de cintas ante autoridades y espectadores

 

Los arcos

 

En esta población de La Rioja Alta, situada junto al río Ebro, se ha conservado hasta el presente un interesantísimo ciclo de danzas que cuenta con un número denominado LOS ARCOS. Este conjunto de danzas se interpreta a principios de septiembre en honor de la Virgen de Davalillo, y corre a cargo de ocho chicos, LOS DANZADORES, dirigidos por EL CACHIBERRIO, más EL PALERO.

La danza de arcos de San Asensio es interpretada portando cada danzador un vistoso arco confeccionado con una vara de mimbre adornada con guirnaldas y flores de papel de diferentes colores. La estructura coreográfica es muy compleja y comienza bailando en dos filas enfrentadas, con los arcos hacia arriba; luego, de igual modo, pero con las herramientas a ras de suelo; posteriormente, el cachiberrio va trasladando a las parejas de danzadores una por una de adelante atrás, describiendo ondas por arriba y por debajo de las otras parejas. Seguidamente forman una cadena que, dirigida por el cachiberrio, dibuja espirales para pasar a construir una bóveda de arcos cuyo eje es el cachiberrio.

La melodía se articula sobre un ritmo de 2/4 y un intervalo de sexta mayor Sol-Mi, según la interpretación de los actuales gaiteros de la localidad.

 

 

 Contradanza

 

Las contradanzas riojanas, o bien eran tituladas de un modo particular, o más generalmente eran simplemente conocidas como "la polka", "el vals", "la mazurka", etc. Además, también la denominación de "la contradanza" ha sido empleada para alguno de estos bailes como nombre específico. A modo de ejemplo de esto último, presento la transcripción de una polka de la localidad de Calahorra, donde es conocida como "la contradanza de coletores", y que en su día fue coreografiada por un maestro de danza para una comparsa carnavalesca de un modo un tanto especial, pues las parejas de hombres y mujeres no se unen mediante las manos, sino mediante unos arcos adornados. Además, presenta una coreografía que en muchos aspectos recuerda los dibujos empleados en las quadrilles, con evoluciones más complicadas y con la intervención de todas las parejas de participantes en la comparsa, a diferencia de otras polkas que eran bailadas de un modo muy simple. Como ya he anotado anteriormente, la presencia de coreografías complicadas dependía del maestro de danza, y también de la motivación que se le iba a dar a un baile concreto como es este caso, y en otros similares de Logroño en donde también se coreografiaban contradanzas para las comparsas de carnaval.

Sin embargo en
La Rioja se han dado otras utilizaciones al término "contradanza", precisamente para números musical-coreográficos que poco o nada tienen que ver con el valor semántico original. Así, en San Asensio, una danza de hombres perteneciente al ciclo local que se interpreta en honor a la Virgen de Davalillo y en la que se emplean castañuelas es titulada "La contradanza". La melodía en cuestión no pertenece a ninguno de los modelos de contradanzas como tales y posee una substancia musical más arcaica, caracterizada por su sencillez melódica, intervalos conjuntos de escasa amplitud y máximos también poco desarrollados. La coreografía tampoco tiene nada que ver con las propias de contradanzas. Por otra parte, el hecho de que tanto esta tonada como su coreografía se encuentre muy extendida por La Rioja Alta a modo de variantes en las que las titulaciones empleadas son otras, aduce que en el caso de San Asensio nos encontramos ante un cambio de nombre de una danza que ya existiría antes de que las contradanzas fueran adoptadas, posiblemente motivado por la intervención de un gaitero concreto que así mismo recorría las localidades vecinas de Briones y Ollauri, donde también se emplea esta denominación para una danza de las mismas características. Fuera de este pequeño núcleo, las titulaciones son otras diversas.

 

 

El del culo



Otra de las danzas que podremos ver, si visitamos esta maravillosa localidad es el número conocido como EL DEL CULO. Se trata de una danza de palos en la que cada danzador porta dos pequeños bastones (en las demás danzas sólo utiliza uno). La melodía lleva una introducción, tras la cual comienza el juego de palos entre los ocho danzadores que conforman el grupo, y con una diferencia coreográfica importante con respecto a las demás danzas de palos de San Asensio: cada danzador coloca uno de los palos en la entrepierna, donde lo sujeta fuertemente, sobresaliendo por detrás. Este palo es golpeado por el otro del danzador vecino. La figura coreográfica se repite varias veces, formando el eje central de la danza.

La melodía utilizada comporta un ritmo de 6/8, y se repite las veces necesarias para completar las CUATRO CALLES; es decir, el grupo de ocho se orienta hacia cada uno de los cuatro lados de la plaza en donde se interpreta el ciclo de danzas.

 

 

 

 

Dibujos coreograficos

 

Con el fin de el acompañamiento a la procesión no sea monótono y los danzadores puedan descansar durante su particular procesión, cuando la procesión lleva recorridos unos cientos de metros, el grupo de danzadores se rompe en dos de cuatro, y el cachiberrio permanece con uno de ellos. Entonces, un grupo continúa bailando y escoltando a la imagen, mientras que el otro alarga el paso y, sin cambiar estos movimientos se alejan unos metros, para detenerse y descansar. Cuando la comitiva se acerca, se integran a su posición, y son ahora los otros danzadores quienes se alejan bailando, para detenerse y descansar hasta la llegada de sus compañeros. Este simple juego coreográfico lo realizan sin cesar, hasta que al llegar a las proximidades de la iglesia, ya de retorno y a punto de concluir el recorrido, nuevamente el grupo se forma en torno a los nueve. Esta danza es conocida  como "Los encuentros".

 

 

 


 
ESCUELA DE DANZAS


La Historia de las Danzas Regionales de San Asensio, viene de 1870, algunas de ellas desaparecidas y recuperadas en la década de 1970. Son Danzas de castañuelas y palos, los llamados ¨TROQUEAOS¨ cintas en un árbol y arcos de flores, terminando siempre en una torre humana llamada ¨El Castillo¨

La Escuela de Danza comenzó su andadura en el año 2003 con el apoyo del ayuntamiento y muy especialmente de Marisa, la concejala de Cultura. Esta dirigida por Angel Miguel Ledesma, ¨Angelin¨, danzador y Cachiberrio entra los años 1980 y 1990.


La escuela la componen chicos y chicas de edades comprendidas entre los 9 y 18 años y también contamos con la colaboración de los Gaiteros, Jesus Villaro, Santiago Cuesta, y Alberto Monje. Y los Tamborileros, José Villaro, Jaime Abalos y Andres Crespo, tanto para los ensayos como en las salidas y actuaciones locales y regionales.



 


 
   
 

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